En el barrio Castilla-Hermida y frente al Barrio Pesquero destaca este restaurante que primero fue dirigido Vicente Quintana y que ahora tutela su hijo Emilio Quintana. Ambos son popularmente conocidos por su capacidad para organizar extraordinarias comidas multitudinarias en las que elaboran paellas gigantes y guisos de todo tipo.
Pero en el restaurante la línea es otra y su plato estrella, merecedor de estar presente en esta sección, es la carne roja. Emilio se afana por conseguir extraordinarios chuleteleros tanto en Cantabria, en Asturias como en Galicia. Vacas y bueyes selectos que han pastado en los mejores prados. De ahí salen las extraordinarias chuletas, que no alcanzan las brasas sin haber cumplido aproximadamente unos treinta días de maduración.
La elaboración es en la parrilla -el cliente la termina de hacer en la propia mesa-. Así se puede disfrutar con sabores auténticos, con la textura de la buena carne en su punto justo. Las carnes se acompañan de una buena ración de patatas con pimientos.
También por la brasa pasa otra especialidad acreditada de esta casa, el rape negro.
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