El restaurante Solana es una fusión de lo tradicional y lo moderno, pero en el que se maneja con el temple que da la naturaleza ese sosiego y tranquilidad que lo hace diferente a todos
Sus mesas amplias y confortables acostadas sobre unos ventanales panorámicos, en los cuales se disfruta del paisaje típico montañés, con sus prados verdes y su ganado. Aquí se tiene la impresión de estar compartiendo la naturaleza con toda la flora y la fauna que se divisa. Un restaurante para disfrutar tanto en lo gastronómico como en lo visual. Un autentico paraíso terrenal.
COCINA Y SALA...
Es aquí donde Ignacio oficia de alma mater del funcionamiento del restaurante. Ofertando una cocina con toques creativos…
… el producto es la parte más importante de su filosofía. Es así como manejando con sabiduría innata, a pesar de su juventud , despierta los cinco sentidos de los paladares de los comensales más exigentes. Poco amigo de artificios gratuitos, busca lo mejor del mercado para el placer del comensal.
La sala de “Solana” ofrece un servicio de aparente sencillez, incluso campechano, pero riguroso en el fondo, eso si, pensando esencialmente en dar protagonismo a lo culinario.
La sala es dirigida por Inma, la hermana de Ignacio, que está acompañada diariamente por Noelia que es la segunda maitre. Así como Ani, camarera de la casa desde sus inicios que proporcionan un ambiente hogareño y familiar a todos los visitantes.
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4 comensales, viernes soleado y muchas ganas de conocer La Solana.
El enclave, precioso, junto al santuario de Nuestra Señora de la Bien Aparecida en Ampuero. Unas vistas espectaculares y mucha tranquilidad.
Pasamos al comedor; nos recibieron y acomodaron, presentaron carta y nos explicaron los platos fuera de ella. Tras ojearla decidimos optar los 4 por el menú degustación, compuesto por 7 medias raciones. Su precio, 58 euros por persona.
Tras elegir el vino nos trajeron dos aperitivos riquísimos y nos sirvieron tres tipos de pan a cada uno, rústico, de cebolla y de frutos secos. Buenísimos los tres!
APERITIVO: Esfera de foie caramelizada sobre gel de avellana. ESPECTACULAR!! Una suavidad y un sabor de escándalo. El foie combinaba perfectamente con el gel de avellana. Nos encanto a los cuatro!!
APERITIVO: Helado de pimiento de piquillo, anchoa del Cantábrico y aceite Picual. Una delicia de bocado!!
Y empezamos con el menú degustación:
PRIMER ENTRANTE: Tartar de salmón rojo de Alaska, aguacate y helado de pepino e hinojo. Plato frío; solo la presentación era ya espectacular, con "humo" (nitrógeno) a la sidra; pero el sabor era aún mejor, EXQUISITO. El salmón estupendo, el aguacate también y el helado sorprendente y perfecto como acompañamiento.
SEGUNDO ENTRANTE: Verduritas baby con crema de jamón. Que ricas… sabrosas, en su punto, fresquísimas y perfectas con la crema de jamón que el camarero añadió al plato en el último momento.
TERCER ENTRANTE: Royal de Foie, canelón de Módena relleno de espuma y crema de col de la bien aparecida. Ya me había llamado la atención en la carta y no nos decepcionó a ninguno. El relleno del canelón era de queso pero al ser una espuma era muy suave y la combinación con la crema de col PERFECTA.
PESCADO: Rape a la bilbaína, puré de boniato, jugo de garbanzos y crujiente de patata violeta. Preciosa presentación y mucha originalidad en este plato. El rape perfecto de punto, el jugo de garbanzos, el crujiente y el puré perfectos acompañamientos. Para repetir.
CARNE: Cochinillo confitado con melocotón. De locura estaba también el cochinillo. Aunque ya empezábamos a estar bastante llenos y costaba un poco disfrutar como al principio. El melocotón combinaba idealmente y la carne estaba es su punto perfecto.
PRIMER POSTRE: Buscando violetas. Curiosísimo este postre y fue el único plato en el que no nos pusimos de acuerdo. A mi personalmente me encanto por su originalidad. Se presentaba en una especie de macetero como si de un montoncito de tierra se tratase. La tierra en cuestión era galleta tipo "Oreo" desmenuzada entre la que encontrábamos trocitos de violeta. En el centro, escondido bajo la "tierra" se hallada el helado de violeta y el camarero sirvió en el momento una crema de yogur alrededor. El plato estaba decorado con flores. A mi el olor y el sabor de la violeta (lo había probado en helado) me encanta y el plato completo me gusto muchísimo. A uno de los comensales no le gusto nada... se excuso diciendo que -no le gusta la galleta Oreo-.
POSTRE 2: Soufflé de turrón, uvas y sorbete moscatel. Este fue el único plato que no nos convenció a ninguno. El soufflé estaba bastante insípido y resultaba un poco pesado para terminar.
TERCER POSTRE: Tostada de pan Brioche caramelizada, helado de lima y crujiente de naranja. Como no nos terminamos ninguno el soufflé nos trajeron este postre "extra" para ver si nos gustaba más. Y nos encantó!! La tostada suave, melosa, fácil de comer, el helado muy refrescante y perfecto para terminar y la presentación como veis, de 10.
DETALLE PARA LOS CAFÉS: Gelatinas de Gin-Tonic y Brownies. Yo no pude probar los brownies, la gelatina un trocín nada más y ciertamente era como tomar un gin-tonic pero en sólido. Los brownies fueron aplaudidos por mis compis de mesa.
Para mi fue un menú de 9 sobre 10, muy muy bueno, original, con unas presentaciones cuidadísimas, servicio atento y cercano. Estuvimos realmente a gusto y volveremos todos 100 %.
Restaurante Solana
La Bien Aparecida Nº11
C.P.39849
Ampuero (Cantabria)
Email: info[at]restaurantesolana[dot]com
www.restaurantesolana.com
